Mi problema con el método de Marie Kondo.
Sería ideal, ¿verdad? Decir: «Hoy voy a ordenar la casa», y que la casa quedara organizada y bien pulcra para siempre.
Soy una persona creativa y creo que eso me hace ser un poco más flexible con las cosas que hay a mi alrededor. No me importa un poco de desorden, de hecho, me pone nerviosa cuando todo está extremadamente pulcro: ningún libro sobre la mesa, nada olvidado encima de la cama. Es como si le quitaras vida al espacio.
Compartí piso con personas que no podían ni ver mis libros en una esquina de la mesa bien colocados. Tendrían que estar fuera de la vista. Pero si has visto alguna vez algún programa de televisión de esos en los que renuevan casas, fíjate en cómo decoran. Ponen revistas estratégicamente colocadas en unos sitios. Ponen bandejas con «comida» encima de la cama. Todo está ordenado pero hay objetos que llenan la casa.
Seguramente que si has buscando en Internet métodos de organización te habrás encontrado con Marie Kondo.
Los consejos de la mujer son muy aplicables en muchas cosas, pero hay algunas cosas que no me llegan a gustar del todo.
Primero lo tranquila y sonriente que es da un poco de grima, no parece muy natural.
Segundo si yo llego a tu casa y te digo:«Vamos a dar gracias a Dios por todo lo que te ha dado en esta casa.» Lo más seguro es que no vuelvas a llamarme, porque he intentado hablarte de mis creencias, que no son tan descabelladas como rezar a la casa y a los objetos.
Sin embargo, la gente cuando ella lo hace, se queda como, ohhh que guay. Mientras tanto yo me estremezco.
Tercero, se pierde mucho tiempo entre que coges en tus manos cada objeto y esperas que el objeto te hable, como si eso de verdad fuera a pasar, y si no te gusta, ¡encima tienes que agradecerle al objeto por haberte servido! Y cuando veo que tanta gente lo hace, pienso, ¿hemos perdido el sentido común?
Ahora bien, creo que es importante valorar lo que tenemos, cada cosa tiene valor, pero no porque una cosa brille gozo (que también vaya frase...) signifique que tenga valor, o valor sentimental.
El otro día estaba viendo otro programa, «Hoarders» (Síndrome de acaparador compulsivo) donde ves como personas acumulan cosas porque les hace felices. Y no pueden renunciar a basura. Ves como sus familias sufren y cómo viven en la miseria. Así que este método para ellos no funcionaría, porque todas las cosas que tiene «brillan gozo». Sé que es un ejemplo muy extremo, pero a lo que me refiero es que hay que tener cuidado con simplificar demasiado las cosas.
Cuarto, si pones en YouTube, organizar casa profesionalmente, hay un montón de videos de personas que ponen su casa patas arriba y en una semana tiran la mitad de sus pertenencias y ordenan. Sinceramente, creo que esas personas en un año vuelven a tener las mismas cosas que tuvieron antes de ordenar, o incluso más.
El problema es que así solo pones una tirita a una infección muy gorda.
En el programa Marie Kondo parece estar en la casa solo un par de horas, ella hace su magia y se va, y si tienes alguna duda pues comprate su libro. Yo soy profesora, y para mi eso es como cuando los padres hacen los deberes de los hijos. En clase tienes todas las respuestas, pero el niño no ha aprendido nada.
Pero no voy a hablar de solo cosas negativas, la mujer es buena en lo que hace, tiene buenos métodos. La forma en la organiza y los sistemas que ha creado para organizar tiene mucho sentido. Pero creo que está en nuestras manos formar un hábito de ser ordenados.
Ver lo que de verdad necesitamos y lo que no.
El tema de los libros que también ha llamado mucha atención, hay gente (ejem... como yo) cuyo sueño es tener una gran biblioteca, cuanto más grande mejor. Tener un montón de libros, que llene toda una pared. Pero es algo que he soñado toda mi vida con tener. No son necesarios, no, nos trae mucha felicidad sí. No tengo que sostener cada libro en mi mano para saber que me hace feliz.
Así que lo que yo he aprendido hasta ahora, es cada día ordenar un poquito. Cada día, coger un cajón diferente de la casa. Cada día mejorar. Formar hábitos que quizás tus padres nunca te enseñaron. Creo que si somos organizados podemos disfrutar más de las cosas que tenemos. Muchas veces cuando ordenamos encontramos un montón de cosas chulas.
Pero hazlo poco a poco. Cada día, 20 minutos. Es como aprender idiomas, por mucho que vayas a un curso intensivo de verano de inglés, probablemente al mes se te olvidará todo lo que has aprendido. Sin embargo, si estudias una hora de inglés cada día en tu casa un mes, a tu propio ritmo. Aprenderás muchísimo más.
Con el mismo ejemplo, cuando estudio idiomas, está bien tener diferentes libros, probar diferentes métodos y coger lo bueno para tí de todos. Coge lo bueno y desecha lo malo.
Mirate métodos de organización que funcionen para tí, quizás simplemente tendrás que fusionar y crear tu propio método.
Tips:
1. En mi caso me he dado cuenta de que tener una habitación bonita, con cuadros, bien decorada, me motiva a ser ordenada. Por ejemplo, tener los cajones forrados con papel adhesivo me encanta. Abro el cajón y tocar el papel suavecito me ayuda a colocar la cosa en su lugar y no solo tirarla en cualquier lugar.
2. Una cosa que mi marido siempre me dice, ahorras mucho más tiempo poniendo cada cosa en su lugar que luego tener que tirarte horas organizandolas.
3. Otro tip que te puedo dar, es que antes de que te vayas a dormir, dejes tu habitación ordenada. Cuando te levantas por la mañana puedes empezar tu día sin ningún retraso, y quizás por la noche te toma 5 minutos, pero por la mañana como estás con sueño te tomará más tiempo.
4. Como escritora, me he dado cuenta que si soy organizada tengo más tiempo para escribir, me distraigo menos y me puedo centrar en lo más importante en mi vida.
5. Otro consejo, pon etiquetas a los cajones, para saber donde volver a dejar algo. Si tienes un cajón donde dice toallas grandes, no vas a poner los pantalones allí con tanta facilidad.
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